miércoles, 19 de octubre de 2011

La Pastoral de Movilidad Humana


A lo largo de la historia de la humanidad, la movilidad de personas en busca de nuevas oportunidades de vida ha sido un fenómeno permanente, aunque con diferentes niveles de intensidad. Si la movilidad humana estuvo presente desde las sociedades primitivas, en la actualidad el número de personas que migran o se ven obligadas a desplazarse o buscar refugio es mayor que nunca y los lugares de destino han aumentado.

Las áreas de atención de la pastoral de movilidad humana son tan diversas como expresiones de movilidad se puedan encontrar en este mundo globalizado. Entre estas expresiones podemos mencionar: las migraciones (internas y externas), el refugio, el turismo, los y las trabajadoras del mar, circenses, nómadas, estudiantes de intercambio, entre otras realidades.

A nivel eclesial la Pastoral de Movilidad Humana se ubica dento de la Dimensión de la Caridad de la Iglesia, o como le conocemos mejor: La Pastoral Social, al igual que otras "acciones" o pastorales específicas como lo son: pastoral de la Salud, pastoral de Privados de Libertad, Comisión de Justicia y Paz, Cáritas, entre otras.

Todas nacen de la Caridad de Cristo, es decir, del Amor de Cristo a su Iglesia, pueblo de Dios y, desde siempre han trabajado por alcanzar o promover el respeto o la valoración de la dignidad de todo ser humano, creatura amada por Dios. Por esta razón se concluye que el eje transversal de toda la acción social de la Iglesia es la Pastoral de los Derechos Humanos.


Como lo indica el documento Guía de la Pastoral de los Derechos Humanos en su No. 89: "La pastoral de los Derechos Humanos, como corazón de la Pastoral Social, es la misión evangelizadora que la Iglesia, a través de sus comunidades e instituciones, realiza en el campo de la defensa y promoción de la vida y dignidad humana, como prolongación de la misión liberadora de Jesús de Nazareth con la participación de hombres y mujeres de buena voluntad".

Y para el caso concreto de la Pastoral de Movilidad Humana, nuestro accionar responde a la necesidad de afrontar el "desafío de superar los prejuicios, educar para el diálogo, practicar la acogida, testimoniar la caridad y abrir las mentes y los corazones hacia una visión más amplia e incluyente donde las diferencias dejan de ser motivo de discordia para convertirse en oportunidad de compartir y de convivencia fraterna".

Por Jorge Ayala

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